Capítulo 21: No sólo azafata de vuelo.
Era mayo y era el día de la publicación del roster, lo que significaba que estábamos todos impacientes por saber qué destinos nos habrían tocado para junio. Yo no entraba en la página a mirar, simplemente esperaba a que alguien escribiese en algún grupo de WhatsApp "roster is out!". Cuando por fin se publicó y miré mi roster de junio, vi algo escrito que no entendía, en los días del 12-14 había unas siglas que no eran las de ningún aeropuerto, como era lo habitual. Entonces abrí mi correo y entre los trescientos emails sin leer que tenía había uno que decía evento publicitario AGP. Ahora ya sabía lo que era. Me habían elegido para promocionar el nuevo destino que Qatar Airways había incluido en sus rutas, Málaga. ¡Qué feliz estaba! No sólo por el evento, sino por poder volar Doha-Málaga directo.
Nadie sabía con exactitud quién elegía a los azafatos para esa clase de eventos o en qué se basaban para ello, aunque se decía que eran las grooming officers las que lo decidían. Se ve que mis zapatos sin encerar, el tono demasiado claro de mi colorete o los pelillos sueltos de debajo de mi moño no fueron ningún impedimento para ser la imagen de Qatar Airways en Málaga.
Unos días antes del evento, tuve que ir a la Torre 1. Al llegar conocí a la otra azafata que venía conmigo a la inauguración a Málaga, también española, por lo que supusimos que habían elegido a azafatas españolas; la probabilidad de aquella coincidencia era muy baja. Básicamente no nos explicaron nada del evento, una vez estuviéramos en Málaga habría alguien allí que nos informaría de todo. Nos dieron los billetes de avión y pasamos a lo que era realmente importante, el grooming check. Como en Málaga no tendríamos a las grooming officers, tuvimos que presentarnos en su oficina listas con el uniforme como si estuviéramos en el evento para que nos dieran el visto bueno. El único requisito especial era llevar la falda y no el pantalón. Si normalmente eran tiquismiquis para un vuelo cualquiera, imagínate para un evento publicitario lleno de cámaras y gente importante. Cuando era nueva en la compañía me cogieron para otro evento en Miami, que se canceló a última hora, y en aquella ocasión la grooming officer me hizo cambiarme los zapatos, que tenían un mes, por otros completamente nuevos. Así que esta vez me esperaba lo peor. Para mi sorpresa, la grooming officer no me sacó ni un sólo defecto. ¡Cómo había aprendido mis truquillos y a ganármelas con el tiempo!
Llegó el día del viaje, esta vez íbamos de pasajeras. Judith y yo nos encontramos en el aeropuerto, ambas con nuestro traje de americana y chinos, tal y como la compañía nos pedía. Como nosotras viajábamos un día antes de que se abriera la ruta Doha-Málaga, tuvimos que volar primero a Londres y de allí a Málaga. La primera parte del trayecto la hicimos con Qatar Airways, en la clase business. Nada más entrar al avión, las azafatas nos condujeron hasta nuestros asientos y... ¡Era un avión Airbus 350 con Q suite! Al sentarnos, una de las azafatas se acercó a Judith y le dijo que el pasajero del asiento 3A, estaba interesado en ella y que si podía darle su número de teléfono para pasárselo a él. Así, sin más, en cinco minutos el catarí se había encaprichado de ella y no dudó en buscar a una azafata para intermediar. Judith ni siquiera miró al chico y se negó. La azafata sonrió y dijo que le diría al catarí que estaba casada. Se ve que las azafatas en clase business estaban acostumbradas a hacer de celestinas.
Nos aguardaban siete horas de vuelo en la Q suite, una especie de habitación que podía o no conectarse con la de al lado a través de una pared móvil. Teníamos una cama, manta, televisión, almohada y un servicio de cinco estrellas. ¡Me estaba empezando a gustar esto de ser azafata de eventos!
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Yulia y Judith en Q suite. |
Llegamos a Málaga. Justo en la puerta del aeropuerto había un chico esperándonos que nos llevó hasta nuestro hotel, Miramar, uno de los mejores hoteles en los que me he alojado jamás, sus cinco estrellas están justamente merecidas. En la entrada nos esperaban los chicos de marketing que habían organizado el evento. Nos explicaron los horarios y lo que debíamos hacer para el día siguiente y... ¡vía libre para nosotras! Yo salí a tomar algo con varios amigos que vivían allí y después invité a mi amiga Patri a quedarse conmigo a dormir al hotel, era demasiado bueno para que lo disfrutase yo sola.
Al día siguiente, a las 6:00 am debíamos estar en la recepción del hotel preparadas para ir al aeropuerto a recibir al primer avión de Qatar Airways que aterrizaba en suelo malagueño. Así que a esa hora allí estábamos nosotras. Judith, delgada, 1.80 de altura, un buen pecho, pelo largo y voluminoso, labios carnosos y pestañas kilométricas y yo, para representar a la compañía en nuestro país. Llegamos al aeropuerto y antes del aterrizaje del avión hubo un convite. Había café, té, zumos, canapés y una tarta y galletas con el logo de Qatar Airways. También había carteles de la compañía por todos lados y un photocall. Judith y yo dábamos la bienvenida a los invitados, que eran altos cargos del aeropuerto y simplemente nos paseábamos por allí.
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Primera tripulación DOH-AGP |
Después volvimos al lugar del convite y Judith y yo estuvimos posando con algunos de los altos cargos del aeropuerto en el photocall, haciéndonos fotos y en algunas ruedas de prensa. Hubo un brindis con champagne, ¡por Qatar Airways y su nuevo destino!
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Qatar Airways Photocall. |
Por la noche estuvimos en el evento que se celebró en el hotel. Aquello parecía una boda. Los invitados eran dueños de agencias de viajes y los altos cargos del aeropuerto. Iban extremadamente elegantes y nosotras les dábamos la bienvenida y nos echábamos fotos con ellos en otro photocall que habían montado allí. Había una copa de espera en el jardín y luego una cena y un discurso. Cuando el evento terminó los de marketing estaban muy contentos con el resultado así que nos fuimos a celebrarlo a la terraza del hotel con unos cócteles. Habían estado organizando aquello durante cinco meses. Cinco meses de trabajo para un sólo día. Nunca me había parado a pensar lo inmensamente grande que era mi compañía, todo lo que conllevaba una empresa de esas magnitudes y la cantidad de dinero que movía. Qatar Airways tenía unos ciento sesenta destinos y para cada uno de ellos, un evento parecido a aquel se había organizado. Yo había tenido la suerte de estar en uno de esos ciento sesenta eventos. Me había encantado haber podido participar en la inauguración del primer vuelo a Málaga, poder representar a Qatar Airways en mi propio país y conocer esta otra cara de la compañía que nunca había visto.
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