Capítulo 7: XXL


Cuando estábamos en el ecuador del curso, llegó un día muy esperado ¡íbamos a hacernos la prueba para nuestros uniformes! Había sido imposible no imaginarse con aquel gorrito color vino tinto.


Llegamos al departamento de uniformes y de dos en dos fuimos probándonos muestras de blusas, pantalones, faldas y chaquetas de una talla aproximada a la nuestra para que tomasen nota de los ajustes necesarios. Primero me probé el pantalón y, a decir verdad, me quedaba bastante bien. Al ser de una tela gruesa, realzaba el culete sin ser muy llamativo y se ajustaba de maravilla. Mi momento de gloria duró eso, un momento. El sastre inmediatamente se apresuró a coger una talla más grande para mí. Al parecer, las curvas eran tabú. La nueva talla me quedaba mucho peor. Esa fue la que me adjudicaron.


Todas las chicas salimos de allí quejándonos, no nos habíamos visto reflejadas con aquellas pruebas en las azafatas que nos habíamos imaginado. Sahar no paró de repetir que cómo era posible que le hubiesen adjudicado a ella la misma talla que a Claudia si Claudia tenía el culo mucho más gordo. Sahar y su falta de pelos en la lengua.


Aquella decepción no nos duró mucho. Nos habían dado algunos complementos y estábamos la mar de contentas ¡Ya teníamos el gorrito!


Accesorios Qatar Airways


En un par de semanas empezaríamos a volar, así que tuvimos que hacer nuestro primer "bidding". El bidding consistía en elegir un máximo de diez preferencias de destinos y días libres que deseabas conseguir para el mes siguiente. Se hacía todos los meses, unos tenías suerte y conseguías alguna de tus preferencias y otros... esperabas al mes siguiente ¡Qué difícil fue elegir sólo diez destinos!


A los poco días se publicó el "roster" u horario de vuelos del mes siguiente. Fue muy emocionante ver cuáles serían mis primeros destinos. Aparte de los dos vuelos como aprendiz que tenía a Delhi y a Muscat, que eran de ida y vuelta por su corta distancia, mi primer destino sería Bangkok ¡Era el número uno en mi bidding!


Durante las dos últimas semanas de curso teníamos que llevar el uniforme puesto, así que llegó el día de recogerlo. El pantalón me quedaba incluso peor de lo que esperaba, aún así, infinitamente mejor que la falda, ¡menudo saco de patatas! En aquel momento tuve claro que nunca usaría la falda. Difícil de creer pero, el llevar pantalón o falda era elección personal. En fin, no podía estar más lejos del estereotipo de azafata sexy con faldita de tubo ajustada. Aunque Luca siempre dice que yo era una de las pocas azafatas de Qatar Airways a las que le sentaba muy bien aquel uniforme... ¡Qué ciego es el amor y qué pelotas son los italianos! 


Al llevar el uniforme, estábamos representando a la aerolínea directamente así que las normas de estilismo y belleza se debían cumplir incluso más a rajatabla. Y allí estaba la grooming officer para asegurarse de que así fuese. Algunas de las chicas tuvieron que llevar sus uniformes para alterarlos de nuevo porque no eran lo suficientemente holgados. Yo me libré en aquel entonces ¿Quién me iba a decir a mí que más adelante tendría que agrandarlo aún más? La cacerolas del avión tuvieron algo que ver en el asunto.


Junto con el uniforme venía el derecho a lavandería. Cada uno de nosotros tenía una lavandería asignada muy cerca de su edificio y podía llevar el uniforme tantas veces como quisiera de manera gratuita. Al cabo de un día estaba listo para recogerlo. Creo que el tipo de lavado que hacían y la tela del uniforme no eran del todo compatibles, así que el uniforme iba encogiendo poco a poco. O al menos, eso me gustaba pensar a mí.


Al llevar el uniforme en la Torre 1, dejamos de ser las novatas. Los nuevos chicos y chicas en blanco y negro nos habían reemplazado. Ahora eran ellos los que nos saludaban por los pasillos con admiración ¡Pringados!


Por fin llegó el día de nuestra graduación. Fue un acto muy sencillo en la Torre 1. Teniendo en cuenta que las graduaciones tenían lugar muy a menudo, es entendible que no fuese una celebración muy ostentosa. La XXL de mi uniforme ya daba igual, había conseguido el accesorio más importante ¡Tenía mis alas!


Yulia y sus alas



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